viernes, 9 de septiembre de 2011

MICCIÓN IMPOSIBLE

¿Recuerdas la película de Tom Cruise? ¿Su banda sonora? Pues no creas que se trata de un error: en casi todos los urinarios públicos del mundo, sobre todo en centros comerciales y bares, donde coincida más de una persona de género masculino, se desarrolla una pequeña tragedia, en cuanto dos varones comparten espacio vital...

Flora Davis podría haberlo mencionado en su libro "La comunicación no verbal", es posible que lo hiciera, pero sí recuerdo que en una página web se recomendaba que los urinarios de los centros comerciales debían ser impares, y estar situados de forma que no hubiera elementos que distrajesen la atención: ni periódicos, ni cuadritos, nada, salvo una superficie de azulejos o de cualquier otro material; y se recomendaba que hubiera mamparas de separación.

Cuando varias personas coinciden en el mismo momento, por ejemplo al terminar una película, tres hombres podrán distribuirse cómodamente en cinco urinarios, siempre y cuando lo hagan todo sin mirar a los demás: apertura de cremallera, excavación, localización, extracción, micción, sacudida y regreso al hogar. Ahora bien, si son cuatro o cinco varones, para los mismos urinarios, empiezan los problemas, sobre todo si por casualidad, los brazos llegan a tocarse, o si uno de ellos es de color (por el mito del tamaño, y demás historias)... En ese caso, lo educado es mirar fijamente a la pared... y rezar para que no se te pasen las ganas por la compañía, o por la vulneracion de tu espacio vital... que los tíos duros no hablan en el baño ni de coña, a no ser que se conozcan y sean amigos de antes...

Si ponemos doble fila, empiezan las complicaciones: es muy difícil acostumbrarte a ser observado por otra persona, a la que ni siquiera conoces, que está escuchando atentamente cada sonido originado por tu manguerita... Por supuesto, los retretes están ocupados hace un buen rato, entran incluso los típicos padres con sus hijos pequeños, y en caso de afluencia masiva, como te entre un apretón (siempre en el mismo cine, centro comercial o instalación deportiva)... más te vale esperar a llegar a tu casa, pues el panorama es desolador... Regueros de orina sobre la taza, en la tapa, por el suelo, donde se demuestra que cuanto más larga sea la película ("Titanic", "Harry Potter"...), peor es la puntería: de repente, todos los varones tienen parkinson... o el baile de San Vito (Corleone)... Si a pesar del deprimente aspecto, necesitas aliviarte, la única solución es secarlo todo lo más posible, poner los socorridos trozos de papel para aislar tus posaderas de la tapa, y procurar darte prisa, porque al cabo de un minuto, empezarán a aporrear la puerta, preguntando "¿Estás bien?" Lógico, ni los encargados recuerdan la última vez que alguien cagó allí... Por supuesto, antes de cualquier maniobra, comprueba que tienes papel...

El mayor drama es cuando te sientes presionado para terminar pronto, y además observado por un grupo de varones necesitados no precisamente de cariño... Porque entonces, la poderosa serpiente de un solo ojo de la que alardeabas en el instituto, se convierte en patética babosa asustada, y sabes muy bien que no podrás hacer nada... Así que disimulas, presionas el botón de la cisterna, te abrochas poniendo cara de satisfacción... y rezas por llegar a casa lo bastante pronto...