miércoles, 21 de septiembre de 2011

CREO QUE ME HAGO MAYOR...

Sí, creo que me estoy haciendo mayor...porque estas cosas no me pasaban antes...

Pero mejor empecemos por el principio...

Hoy, no tengo casi trabajo, y un poco por aburrimiento, y otro poco por masoquismo, me ha dado por consultar en Movistar (la antigua Timofónica) el saldo de puntos de mi teléfono móvil, para ver si podía conseguir uno baratito y restultón... Y allí empiezan los problemas... Porque la pantalla tarda una eternidad en llenarse... y cuando lo consigue, parece que está escrita en arameo, como poco...

¡¡Hasta los c... de perder el tiempo!!
Hay muchos tipos de móviles, para todos los bolsillos... pero no encuentro ninguno que me convenza demasiado... Soy fan de Nokia desde hace 20 años, y no me apetece mucho cambiar... Y se lo indico al asistente (hace cien años, más o menos cuando yo nací...) se lo habría pedido al mayordomo, que me anunciase con su señor... Ahora, no... ahora es más difícil, porque se trata de un programita informático... que hace lo que le da la gana...

El gran problema ha sido encontrar mi saldo de puntos... porque hace tanto tiempo que pedí la factura por internet, que no lo recuerdo... Y como no usamos contraseñas ni nada en estos tiempos... En el móvil... el cajero... en el trabajo... en mi blog... en los blogs de los amigos... con el carapocha... con el banco... en youtube...con la lavadora.... vale, con la lavadora no, pero es cuestión de tiempo... Después de probar con las habituales, se me ocurre mirar en la puta esquina izquierda de la pantallita... y veo que he realizado la búsqueda en la sección de "Empresas"...¡Con razón no acertaba nunca! Y me empiezo a cabrear: con el sistema informático, sus diseñadores, mi trabajo, la lentitud de internet... y noto que se me están empezando a subir los colores...

Cambio de pantalla... y vuelvo a la casilla de inicio... en este caso, la de "Particulares"... y repito la búsqueda... de modelos... de ofertas.... y por supuesto, del código y número de usuario... Con esa operación, he perdido más de 20 minutos... es decir, el mismo tiempo que cuatro cigarrillos hace años... o de "uno rapidito", como dice una amiga... De alguna extraña manera, accedo a la pantalla que necesito, me piden, una vez más, el usuario y la contraseña... ¿A estas alturas, todavía no se han enterado de que es justamente ese dato el que necesito? Y, de repente, con el típico "ataque de lucidez masculina", como diría mi mujer, pincho en un sitio (no me preguntéis dónde, porque no lo recuerdo... si lo recordase, no sería un sitio, sino un punto concreto de la pantalla...), que me lleva a un enlace, desde el que se brindan, casi una hora después de comenzada la excursión por las tenebrosas aguas de la telefonía informática, a mandarme todos los datos a mi móvil...

Más feliz que una perdiz comiendo regaliz en la calva de una meretriz, espero a que me llegue la información... y misteriosamente, en cero coma segundos, me llega el mensajito... Por supuesto, la contraseña y el usuario que me facilitan se parece tanto a lo que yo estaba tecleando como ciertos engendros que conozco, a los seres humanos... es decir, nada... Pertrechado con los flamantes datos que ellos mismos me acaban de facilitar, los meto en las casillas correspondientes... ¡Y el puto programa de los co... los rechaza! Revisando nuevamente el críptico mensaje, compruebo que he transcrito mal una letra...

Al final, con mi nueva (y cambiada) contraseña apuntada en un papelito, estoy dispuesto a rebuscar, una vez más, los móviles que puedo cortejar con mi saldo de puntos, que de repente parece insignificante... Y voy mirando modelos, y costes... Yo los veo todos iguales... y, por supuesto, no entiendo ni la mitad de las características técnicas, que justifican su elevado precio... pero ninguno de ellos tiene lo que yo estoy buscando: un condensador de fluzo nuevecito, y un cogenerador de positrones para recoger la caca del gato...

Decido regresar a la marca que me gusta... que la nuestra es una larga relación... y sigo sin entender gran cosa... Eso sin contar con el problema añadido de que toda la sección está pensada para caracoles artríticos, que hasta que se cargan las imágenes, me da tiempo de limpiar la pantalla, el teclado, la pantalla y el teclado de mi compañera, ordenar los cajones... y ya va para una hora y media desperdiciada...

Revisando una vez más las pestañitas de la parte superior, veo una palabra que, al menos, reconozco: "Outlet"... ¿Un "outlet" de móviles, en Movistar? Pues sí, señores... aunque tiene muy poquitas cosas... pero una de ellas es la que estoy buscando... Encantado de la vida y de haberme conocido a mí mismo en aquél momento, pincho en la opción "canjear"... Y me empieza a marear el puto programa, de una pantalla a otra... Porque el producto que yo busco, no aparece entre los que puedo canjear con mi flamante saldo de puntos... aunque lo he comprobado un par de veces... Sencillamente, el sistema lo ha eliminado por la cara... Abro una nueva sesión en otra pantalla, y lo encuentro, y miro cómo se llama, y por supuesto, existe, si no es una tomadura de pelo...

Y, por si fuera poco... Empiezo a dudar de mis puntos, mis pequeños e insignificantes 23.900 puntos... Porque resulta que también hay una cosa llamada "puntos de zona azul", que deben de ser muy importantes, porque lo que me costaría un puñado de euros con los "normales", me saldría "gratis" con los azules... Siendo optimista, pincho en los "azules"... y cotilleo un poco... Sí, los precios no están mal: "0" euros, y los "20.000" puntos... pero luego, observo "peculiaridades"... Porque con letra pequeña y en segundo plano, indican "80 euros de reserva de crédito", o algo por el estilo... Es decir, que los puntos azules tampoco son tan majos... si por detrás, te están clavando una "permanencia", o cualquier cosa rara...


Teléfonos último modelo, para señora y caballero...
¿El saldo?¿El balance de una hora y media, peleándome con el ordenador, el móvil, el servicio virtual de atención al cliente, el servidor del curre...?

Bueno... pues decido que todas estas moderneces no las entiendo... y prefiero anotarme la referencia del producto del Outlet que me interesa, y visitar el lunes un concesionario de Movistar, cerca de mi casa... Para que me expliquen el pequeño asunto de los "puntos azules"... y que si la cosa no funciona, al menos pueda ir a reclamar a un sitio físico, donde una persona física me pueda aclarar las dudas en persona... Y mientras tanto, seguiré con mi teléfono móvil de última generación... por el que estoy hablando en la foto...

¿EL PRESUNTO FINAL DE LA HISTORIA?

Dos llamadas después, y tras numerosos paseos por el pasillo con el inalámbrico... he conseguido hablar con una encantadora teleoperadora, llamada Nerea, que ha deshecho el entuerto en cuestión de pocos minutos... Parece que voy a ser el orgulloso papá de un móvil algo más moderno que el zapatófono, y que de repente, tengo la sangre azúl... ¿o ha dicho que ingresaba en la zona azul? Suena a película de guerra...

Lo que más he agradecido en estas dos tardes de incertidumbre movilizadora... es el poder escuchar una voz humana al otro lado del teléfono... Y si encima, tiene sentido del humor y puede tranquilizar a un troglodita informático como yo... vamos, que me corrían los lagrimones por las mejillas y todo, al terminar la llamada...

Tampoco recuerdo si era el modelo que lleva la plancha y las tenacillas para el pelo... o el que permite hacer formas para las galletas...