domingo, 4 de septiembre de 2011

EL HUMANOIDE Y LOS SURICATAS

Es cómo me siento, ahora... Un texto escrito a toda velocidad, contra los mismos sentimientos que lo alimentan, y tal vez, de la razón.... Pero ya no me importa en demasía... porque las palabras forman negras nubes de obviedad que escapan de mi alma...


Víspera de vacaciones para muchos, final para otros... Es en todo caso el momento de encerrarse en casa, en la ciudad, en pequeños montones de acero que recorren los estigmatizados caminos del planeta, la herencia más directa de la civilización... de la que tanto presumimos... Y yo, con mis pequeñas vacaciones ya casi olvidadas, lo único que deseaba era terminar el mes... y me pongo enfermo, de cierta gravedad, por primera vez en casi diez años...


Pero hoy, por razones que no me apetece contar de momento... desearía ser un simple humanoide, y poder permutar aunque fuera dos días mi piso por la madriguera de una familia de suricatas o de zarigüeyas, con vistas al mar...


Vale, abulto un poco, pero soy ordenado, sé cavar bien, y cuando vuelvan, les dejaré preparada una piscina ecológica y un terrenito recién plantado de boniatos, raíces y bayas (nunca de las tóxicas)...


Necesito poco para dormir, he acampado y dormido muchas veces al raso, otras con tienda, y otras con una mujer y un gato... con lo que lo llevaría casi todo puesto... en una sola mochila, raciones de supervivencia, y una maleta de libros... Dos linternas (una para leer, y otra para que los mosquitos comprueben que soy tóxico), y un manto de estrellas...


Y solo desearía ver el mar, sentir su brisa, aunque sea protegiéndome la piel (que los años no perdonan), dormir al raso, y un pozo terrero bien excavado, entre las futuras retamas...


No quiero escuchar más veces en los oídos ni las cabalgatas de las Valkirias, ni los cantos de sirenas, ni las promesas de las musas... Al menos, durante las treinta y seis horas de estancia...


Y luego, me despediré de mis queridos suricatas o zarigüeyas, y despareceré en los habituales tonos de mi vida... En el fondo, me quejo... de ser un humanoide que, cada día más,busca su camino...


Y ya fumigaría la casa a la vuelta, si fuera necesario... por si además de alguna pulga o termita, los suricatas han deja faltado en ella, y como souvenir exótico, alguna partícula de felicidad... Pero como hoy es una de aquellas tardes de quitarse lastre, y de escuchar jazz (ahora mismo "Diana Krrall", luego, un poco de "Tete Montoliu"... unos acordes del "Modern Yazz Quartet" y después... llegará la noche... Y si conocéis suricatas o zarigüeyas interesados en la permuta....