viernes, 30 de marzo de 2012

LA NOCHE EN QUE EL AMOR SE SUICIDÓ

El 14 de febrero de 2013, asqueado de tanta falsedad, de tanta hipocresía, de tanta tristeza, de tanta maldad cometida en su nombre, profundamente hastiado de que se le hiciera responsable de todos los males del hombre, y sin la menor gana de seguir lanzando flechas a diestro y siniestro, para conseguir (o no) la pervivencia de la especie, el amor, convertido en un adolescente lleno de granos, con chupa de motorista desgastada y sus Doc Martin, sacó su pistola, una Glock, otro capricho, y tras gritar en plena barra del bar desierto "¡Que os den por culo a todos!", el amor llevó el cañón de su arma a la sien, y disparó, salpicando de sesos toda la pared...



Y desde ese mismo momento, el amor, el grande y el pequeño, pero todo tipo de amor, desapareció a la vez en el planeta...

La palabra "amor" se borró a la vez en todos los diccionarios del mundo, en todos los idiomas, incluso en el de los signos... Dicen los geólogos y los planetólogos, los expertos en el movimiento de las placas, las mareas, los volcanes y los satélites, que en ese momento, a las 20:30 horas (GMT) del 28 de octubre de 2009, el planeta entero se detuvo durante dos minutos, el sol se quedó congelado en mitad de su recorrido, la Luna se quedó quieta en el cielo, demostrando, de forma palpable, el poder del amor (en inglés suena mejor: "The power of Love")...


Al principio, de la ausencia solo se dieron cuenta los cantantes, los amantes y los poetas... En un karaoke de la calle Malasaña, un fan de Nino Bravo, sin quitar los ojos de su chica, está en mitad del bonito fragmento de Alejandro Sanz ("Canción de amor para olvidarte"), en ese momento tan especial en que, con ojos de carnero degollado, le dice "Me puede más tú (amor) que el daño que contigo sufrí...". Se le ha olvidado una palabra, lo sabe, la tiene en la punta de la lengua, mira desesperado la pantalla del karaoke, pero también falta la palabra, mira en la chuleta que se ha traído de casa, pero tampoco está... y el pobre se queda allí, con la boca abierta, enrojeciendo a ojos vista, mudo en medio del silencio... Pero en otro local, tres portales a la derecha, es mucho peor, pues una chica rubia un pelín entrada en carnes, está deleitando al personal (pero deleitando de verdad, ¡eh!) con "(Amor), (Amor) de hombre... que estás haciendome llorar... una vez más..."... y tanto que llora, la pobre, desconsolada, porque no se acuerda, tampoco, de esas dos palabras... Pero lo mismo va sucediendo en todos los karaokes de la ciudad... enmudecen... se vacían... Y en la escena de la ópera, cuando empiezan a entonar "L´(amour) est un oiseau rebelle...", se hace el silencio... Igual sucede en las bibliotecas, con todos los libros, con los poemas, los ensayos, poco importa el idioma o el lugar: en todo el mundo, dos grandes paréntesis rodean la palabra (amor), y la hacen desaparecer...



En ese momento, en esa larga y dura noche, o largo y duro día, según el hemisferio, impera el caos... Y como nadie recuerda la palabra que ha desaparecido, o que tal vez nunca haya existido, surgen todo tipo de especulaciones... Ya nadie dice "te amo", ni el doloroso "te amé", ya no hay "amantes", ni canciones de amor, ni novelas, ni libros, ni ningún registro en el que se conserve el menor rastro de aquella palabra... Ni Santa Teresa se arrebata en sus éxtasis místicos... Ni el "Cantar de los Cantares" cuenta nada... Y, por supuesto, Pablo Neruda solo compone "Veinte poenas de (...) y una canción desesperada"... Y en el cine, más del sesenta por ciento de las películas de todos los tiempos dejaron de tener sentido... Incluso en las de terror, siempre hay un poquito de (amor)...


Todos los seres humanos, con independencia de su sexo, condición, naturaleza, estado civil, fortuna... notan que algo les ha sido arrebatado cruelmente, algo básico, fundamental para su existencia, como por ejemplo un dedo de la mano que se les cae... pero al mismo tiempo, nadie recuerda de qué se trata... Una comisión especial de las Naciones Unidas, dirigida por los representantes franceses (todo el mundo sabe que el francés es la lengua del amor), encarga a un comité de sabios que recorran el planeta, para efectuar todas las pruebas y mediciones posibles, y descubrir de ese modo qué ha cambiado tanto, y por qué se halla sumida toda la población en un decaimiento tan absoluto...


Como en cualquier investigación, y aplicando el principio de Arquímedes, los expertos empiezan a medir los silencios que se producen primero en las canciones de los distintos idiomas, luego en las óperas, después en los principales volúmenes de ciencias y matemáticas, de física y de retórica... Y curiosamente, cuanto más arduo es el tema, cuanto más científico en apariencia, menos apariciones hace el silencio. Esa fue la primera conclusión. La segunda, que en las canciones y baladas, incluyendo los textos mutilados de la Edad Media, la frecuencia del silencio es mucho mayor. Esa es la segunda pista. Tras analizar las novelas románticas y las de época, nueva sorpresa: el blanco, el vacío, permanece... Sin embargo, cuando se estudian las transcripciones de los discursos políticos, están perfectos, impecables: de donde se deduce que la política es incompatible con los silencios que se buscan... Y en la música, ese silencio es tan brutal, que es imposible comprenderla... por lo que suben en los Cuarenta Principales las obras clave de la música clásica, siempre y cuando no incluyan la voz humana como instrumento...



Terminada la labor de los semiólogos y de los analistas, los expertos comienzan a trabajar con los humanos... Se recorre el planeta buscando voluntarios, parejas, personas especiales, que noten en su vida el "Gran Vacío", pero que al mismo tiempo estén dispuestos a someterse a todo tipo de pruebas, para encontrar la razón de esa añoranza... Más o menos como un Gran Hermano... pero con lógica e interés científico... Fueron 200 personas quienes, superando las diferentes pruebas, como "acariciar un cachorrito", o "masticar un cubito de hielo", o la más dura: "quedarse perfectamente quieto frente a una mesa ampliamente surtida, cuando llevas tres días sin comer"... En esta última prueba, varios candidatos se olvidaron completamente del experimento, y se entregaron por completo a la Gula....



Lentamente, se fue reduciendo el número de participantes, hasta quedar seis parejas: dos heterosexuales, dos homosexuales masculinas, y dos hosexuales lésbicas... puesto que, si se trataba de localizar un sentimiento tan poderos, tan aglutinador, tan absoluto, que había dejado tan completamente vacía a la humanidad, más valía no arriesgarse, y tener un recambio... Durante un año entero, encerrados en la gran casa, sometidos a todo tipo de pruebas, mediciones, pesajes, evaluaciones sentimentales, dietas estrictas, exponiéndose a factores desconocidos (como una puesta de sol en compañia, sonidos relajantes, un masaje con rosas y aceite...), y mientras tanto, la Humanidad entera clamaba, pidiendo ayuda, para recuperar el sentido de su existencia...


Cuando ya no quedaban experimentos que realizar, y solamente los científicos españoles e hispanoamericanos seguían con la iniciativa, y los propios conejillos de indias se pasaban la mayor parte del tiempo jugando a la consola, o leyendo las guías telefónicas, pues eran los únicos "libros" que no habían perdido su sentido, en uno de esos momentos en los que todo a tu alrededor parece haberse puesto de acuerdo para crear un instante mágico, Andrés, el macho alfa de la pareja homo, estiró lánguidamente los dedos de los pies, arqueando al mismo tiempo la espalda para estar más cómodo en el sillón, y lanzó un pequeño gemido de gusto, que fue registrado por los micrófonos como "AAHHH"...


En ese mismo momento, una grabación histórica de Chiquito de la Calzada (famoso filósofo terrícola de los siglos XX y XXI, cuya efigie en cera se conserva en el Museo del Hombre de París), mientras pronunciaba una de sus grandes frases: "CONDEMOOORRRR"... Curiosamente, en la grabación original, que todavía se conserva, las voces de ambos se superponen, creando un extraño híbrido que sonaba más o menos así: "AAHHH-MOOORRR"... Pero lo más extraño fue el efecto de esta palabra, distorsionada, en las mentes de quienes la escucharon: los seis coballas, los doce científicos, la mujer de la limpieza, el técnico de mantenimiento, incluso el reponedor de la máquina de café y el vigilante de seguridad, prorrumpieron al unísono en un tremendo suspiro: "AAAAHHHHH..." Proliferaron las miradas dulces, tiernas, la impresión de haber recuperado algo que llevaba muchos años perdido... y cada vez que repetían la grabación, el ambiente se caldeaba un poquito más... hasta que degeneró en una tremenda orgía, al menos dentro de la casa... Y todos los allí presentes supieron que habían encontrado el Santo Grial de los sentimientos...


Intervinieron los lingüistas días más tarde, para simplificar la escritura del vocablo, pues "AAAAHH-MOOORRR" era bastante complicado de pronunciar, sobre todo para los que usaban dentadura postiza... Por eso, fueron quitando letras... hasta dejarlo reducido a una sola palabra, "AMOR"... Para celebrar el gran acontecimiento, la elección de ese nuevo vocablo fue anunciada a bombo y platillo por las principales Academias de la Lengua Hispanoamericanas, y se retransmitió por todas las emisoras de radio del planeta... Y despertaron, de repente, los recuerdos perdidos... Se completaron los textos más hermosos del planeta... Regresó la voz a las canciones, óperas, zarzuelas... Volvieron los poetas a soñar con sus musas... Y los enamorados a suspirar por los rincones...


El AMOR había regresado a la Tierra, con su tremenda fuerza, tanta que un suspiro colectivo perfectamente sincronizado hizo avanzar dos minutos todos los relojes... Solamente se produjeron dos pequeños cambios...


El primero de ellos, que por cuestión de universalidad, y de homenaje a los científicos e invstigadores españoles, se decidió mantener en todo el mundo, la palabra en español original... Y por ello, en todo el planeta, el "Amor" triunfaba... aunque se estaban estudiando algunas posibles traducciones, que en su momento deberían ser autorizadas por la Academia...


El segundo cambio, como sentido homenaje al gran filósofo Chiquito de la Calzada, sin cuya genialidad, igual nunca se habría conseguido encontrar, la palabra perdida, fue admitir como principal sinónimo, la palabra "CONDEMOOORRR"... Lo que dio pie a nuevas fronteras creativas, y a versiones de canciones famosas, como "Qué difícil es hacer el condemooorrr en un Simca Mil..." pero eso es otra historia...

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